No estamos hablando del futuro, sino del presente. Los coches eléctricos están en auge, especialmente en las principales ciudades. Se dice que los próximos diez años serán esenciales para que esta tecnología se expanda y relegue definitivamente al motor de combustión interna. Desde luego, los nuevos modelos de coches eléctricos son cada vez más asequibles y cuentan con mejores prestaciones.
Sin embargo, aún muchas personas tienen dudas a la hora de comprar un coche eléctrico, en buena parte por la influencia de los siguientes ocho mitos, que hoy vamos a echar por tierra.
1. Los coches eléctricos son caros
Los precios de compra tienden a la baja a medida que la oferta va en aumento. Actualmente ya hay en el mercado diversos modelos de los fabricantes tradicionales europeos y japoneses que ofrecen buenas prestaciones a precios muy asequibles.
Además, hay que tener en cuenta que en muchas ciudades hay un descuento sobre el impuesto municipal de circulación anual (IVTM) para incentivar su compra y así tratar de reducir la contaminación del aire.
Los coches eléctricos para nosotros más “molones” del 2018, tienen un precio que oscila entre los 23.900€ de partida del Kia Soul EV y los por lo menos 43.000€ del Mercedes clase B Electric Drive.
Eso sí, si nos vamos al Tesla -que viene siendo el Apple de los coches eléctricos-tendríamos que contar con más de 80.000€, pero también estamos hablando de vehículos eléctricos muy superiores al resto en cuanto a potencia, autonomía y diseño.
Por otro lado, se habla de que el recambio de las baterías es caro y que suelen durar unos 3.000 ciclos de carga completos (o lo que es lo mismo: si se llenase y vaciase una vez al día, duraría unos ocho años). Ahí sí que tenemos que decir que se está en lo cierto, pero si sumamos el ahorro en combustible -que puede llegar a ser de unos 600 euros al año- con la menor incidencia de averías (habida cuenta también que las revisiones son más baratas y sencillas), las subvenciones y ciertos privilegios -como aparcar gratis en la zona azul de algunas ciudades- el beneficio es realmente interesante.
2. Tienen poca autonomía
Los primeros modelos en salir al mercado sí que presentaban una autonomía muy reducida, pero los modelos actuales están en el promedio de 200-250 Km. Hay modelos eléctricos de marcas europeas como BMW o Renault que alcanzan una autonomía de 300-400 Km e, incluso, el Tesla Model S, está cerca de los 600 Km.
En la actualidad ya hay coches eléctricos con una autonomía de 300 o más kilómetros.
3. Recargar la batería es complicado
No son pocas las personas que temen la falta de infraestructura de recarga y consideran que las posibilidades de “quedarse tirado” con un coche eléctrico son elevadas. Sin embargo, las probabilidades son las mismas que con un coche convencional. Sólo es necesario prestar atención a los avisos del cuadro de luces. Además, los coches eléctricos cuentan con modos de ahorro de energía para casos de emergencia.
La red de centros de recarga va en aumento y la mayoría de coches eléctricos pueden cargarse en puntos domésticos, siempre que se cuente con los sistemas de adaptación de enchufes necesarios.
Para el incremento de compra de los coches eléctricos, las baterías juegan un papel determinante. De ellas dependen la autonomía y la velocidad de recarga e influyen de manera sustancial en la vida útil del vehículo, todos ellos aspectos fundamentales que aún frenan a muchos usuarios.
4. Tardan mucho en cargarse
Existen tres tipos de recarga para los vehículos eléctricos: lenta (5-8 horas), semirápida (1,5-3 horas) y rápida (5 a 30 minutos).
La lenta es la que suele realizarse en casa o en la oficina y a baja potencia. La soportan todos los coches eléctricos del mercado, es la más sencilla y habitual.
La semirápida está poco extendida. Pensada para zonas públicas, como los puntos de recarga en la vía pública, semipúblicas y privadas, como aparcamientos de flotas, aparcamientos de empresas, centros comerciales, cines, supermercados, hoteles, etc.
La carga rápida se destina a estaciones de servicios que ofertan recarga eléctrica y electrolineras. Requiere una instalación compleja.
A medida que se están extendiendo los puntos de carga rápida, el problema del tiempo de carga está disminuyendo.
5. Alcanzan poca velocidad
En casi todos los modelos de coches eléctricos las velocidades máximas superan los 120 km/hora permitidos por la ley -situándose en torno a los 150 km/hora– lo que es suficiente para poder circular con comodidad y seguridad.
6. No hay ayudas públicas que incentiven la compra
Desde 2011 existen ayudas para la compra de coches eléctricos, aunque de forma discontinua y con presupuesto reducido, que además suele agotarse muy rápido.
Recientemente se aprobó a nivel estatal el plan para Vehículos de Energías Alternativas (plan VEA), con una partida de 66,6 millones de euros en nuevas ayudas al eléctrico, así como para su infraestructura. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo tiene prevista su implantación antes de que finalice el año.
Uno de los puntos que más interesa es cuanto dinero recibirá el comprador en concepto de ayuda a la adquisición del vehículo eléctrico. Por el momento no se concretó la cantidad, pero en el anterior Plan Movea esta ayuda rondaba los 5.000 euros, dependiendo del tipo de vehículo que se comprase.
Los coches eléctricos pagan el mismo IVA que cualquier otro coche -un 21%- y un 0% de impuesto de matriculación (Conste que los coches con motor de combustión interna que menos CO2 emiten también pagan un 0% de matriculación).
Antes de comprar un coche eléctrico también es interesante informarse sobre las ayudas autonómicas, que varían según la comunidad autónoma en la que se resida.
El inconveniente de estas ayudas es que el importe recibido computa en la declaración anual de la renta (IRPF) y tocará devolver parte del mismo, en función de lo que a cada uno le toque pagar.
7. Cuesta más asegurarlos
Hace unos años era cierto, pero en la actualidad por lo general el coste del seguro para un coche eléctrico es muy semejante al de un coche convencional equivalente de precio similar. Es más, el precio del seguro de un coche eléctrico ya puede llegar a ser entre un 5 y un 15% más barato.
8. Son menos resistentes en caso de accidente
La fragilidad no guarda relación con el tipo de motor del coche, sino con el tipo de carrocería del vehículo. Al igual que hay coches de combustión más frágiles que otros, también hay diferencias a este respecto entre los distintos modelos de coches eléctricos.
Después de desmontar estos ocho grandes mitos, ya no hay motivos para que tu próximo coche no sea eléctrico.